Obsesionado con la posesión de balón, el Bayern dibujó un
3-5-2 que adelantaba la presión sobre el Barça. Guardiola buscaba
marcar los tiempos del partido, y nada mejor para ello que acumular hombres en
el mediocampo. Pero la jugada le salió mal y tuvo que rectificar sobre la
marcha. En cuarto de hora el Barcelona contó con dos ocasiones inmejorables
para abrir el marcador. Primero Suárez no resolvió un mano a mano con Neuer y
poco después Neymar se encontró con el pie de Rafinha en el área pequeña.
Quiso cortar la sangría Guardiola y reestructuró el equipo.
Pasó a una defensa de cuatro y el partido se convirtió en un bonito intercambio
de golpes. Un cara a cara sin racanería táctica ni temores que abogaran por el
conservadurismo.
La soledad de Lewandowski
Lewandowski dio el primer aviso con un remate a quemarropa que el delantero
polaco falló de manera incomprensible y Piqué dio la réplica con un cabezazo a
la salida de un córner.
El partido se tomaba un respiro hasta que apareció Iniesta.
En esa calma lúcida que precede a sus acciones, Iniesta inventó un pase aéreo
preciso que Alves acomodó con el pecho antes de encontrarse con los pies de
Neuer, de nuevo providenciales para el Bayern. El Barça se iba al descanso con la
sensación de haber desaprovechado una oportunidad única para hacer daño al
Bayern.
Se rearmó el conjunto alemán y templó los ánimos azulgrana
tras el paso por vestuarios. No fue suficiente para hacerse con el partido. Le
faltó la profundidad de Robben o la facilidad para romper las líneas de Alaba.
Lewandowski era una isla en un ataque donde Müller no acabó nunca de
encontrarse. Por suerte para los de Guardiola, la famosa pegada del Barça
estaba hoy de vacaciones. Neymar volvió a mostrarse errático en un control que
le habría dejado en una mano a mano que Neuer evitó también con una salida
oportuna. Ni el brasileño ni Suárez tenían hoy el gatillo fino.
Leo el artista
Pero sí Leo. El jugador más decisivo, el que tenía que aparecer, lo hizo.
Agarró un balón recuperado por Alves -el pulmón de antes- y soltó un latigazo
mordido que Neuer no midió bien. El espectáculo sólo acababa de comenzar.
Messi aún tenía una obra de arte guardada bajo la camiseta.
Y tuvo el detalle de compartirla con todos. Encaró a Boateng y en unas décimas
de segundo recortó para encarar a Neuer. El defensa alemán cayó como fulminado
por un rayo, como un ser inerte manejado al antojo de otro ser superior.
Mientras Boateng se desplomaba, Leo daba el último brochazo a su precioso
lienzo azulgrana. Y lo hacía con un toque sutil con su pierna derecha, un balón
picado que superaba la salida del meta alemán.
Con el tiempo casi cumplido, un contragolpe asestó el golpe
definitivo. La combinación de la MSN hizo añicos a los alemanes. Suárez arropó
el balón con el cuerpo, Messi asistió y Neymar finalizó una galopada para dejar
la eliminatoria vista para sentencia. Y el Camp Nou se vino abajo. El muro
hacia Berlín se vino abajo. Nada aguanta en pie ante el imparable Messi.
Barcelona: Ter Stegen; Alves, Piqué, Mascherano, Alba;
Rakitic, Busquets, Iniesta; Messi, Suárez, Neymar.
Bayern Munich: Neuer, Rafinha, Boateng, Benatia, Bernat, Lahm, Xabi Alonso, Schweinsteiger, Thiago, Müller, Lewandowski.
Bayern Munich: Neuer, Rafinha, Boateng, Benatia, Bernat, Lahm, Xabi Alonso, Schweinsteiger, Thiago, Müller, Lewandowski.
By: Marca
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